domingo, agosto 10, 2008

Y entre las plusmarcas mundiales de atletas, y los XXIX JJ.OO; concurrimos al record de ignominia humana y a la ¿3º?: Guerra en el Cáucaso

La excusa: Francamente, ¿qué cantidad de población es necesaria para concretar que se es legalmente ciudadano independiente en un Estado, Nación, lugar o grupo? La historia no puede ni debe ser nunca la razón. . .
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. El intríngulis: Una vez más se pone de manifiesto que tras una guerra se oculta siempre el dominio de los recursos. Sin el recurso capital actual, el petróleo, cualquier Estado desarrollado, carente dél, estaría a posteriori abocado al desbarajuste más absoluto. Y en esas estamos: parece ser legítimo iniciar guerras con tal de conseguir el recurso. Y como nadie roba en casa de pobre (salvo otro pobre); el poderoso, en su anhelo voraz de tener más, atacará siempre a alguien más débil para apoderarse de lo que aquel posee. Raramente, ningún poderoso ataca a otro que reconoce como más poderoso. Son los pecados propios de nuestra naturaleza más remota. Y a todo esto, la ONU, como de costumbre, inoperante ante la situación. Dicen por ahí que los bandos ya están definidos: EEUU, Australia, Israel, EU vs. China, Rusia e Irán. Sólo falta una excusa. ¿Será esta?

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