lunes, mayo 15, 2006

¿En que se parecen (o se podrían parecer) un oso y un astronauta?

No es un chiste. Se busca cura para la osteoporosis Los animales, como muchas veces, nos ponen en la pista. Científicos de la NASA, alertados ante la pérdida normal de masa ósea por parte de los astronautas en la sin gravedad –a pesar de las rutinas físicas a las que se someten-, indagan una manera de atenuar o paliar dicho fenómeno. Al parecer, los osos, durante su normal y cíclico estado de hibernación no pierden un ápice (o por lo menos muy poca) de masa ósea. La culpa: su peculiar sistema endocrino. Cualquier progreso en este sentido podría ser interesante para los astronautas, empero, porqué no, ¿una futura cura para la osteoporosis?

martes, mayo 02, 2006

Mujer, embarazo y deporte: Dudas, mitos y leyendas

¿Cuál es la razón por la cuál algunas deportistas de elite presentan supresión de ovulación en fases de entreno y/o vida deportiva?
Exceso de ejercicio o sobreentreno: produce un aumento sérico de Estradiol, hormona capital en el ciclo ovulatorio, y por un mecanismo negativo de feedback endocrino, el hipotálamo, al otear exceso de estradiol en el organismo, suspende la secreción natural del mismo produciendo una amenorrea. Exceso de estrés emocional: demostrado ampliamente en animales. Menos fértiles y productivos en fases de sobrecarga emocional. Dieta hipocalórica y pérdida de peso (sobre todo tejido graso): Las grasas producen muchas hormonas, denominadas adipoquinas, entre ellas, la leptina, descubierta recientemente (se creyó en su momento que sería la panacea farmacológica para la obesidad) y que contiene receptores en muchos tejidos, por ejemplo, a nivel hipotalámico con efectos como el aumento de la saciedad, el metabolismo basal y la capacidad por parte del cuerpo para usar grasa como sustrato energético. Leptina baja, igualmente amenorrea. En casos extremos, y en modalidades como la gimnasia deportiva, se han dado casos de anorexia nerviosa. Alteraciones hormonales: produciendo fenómenos como el hipoestrogenismo, que puede llevar a pérdida de masa ósea y crear futuras candidatas a osteoporosis.
¿Qué deportes no son recomendables o qué modalidades son más agresivas para la salud femenina?
Gimnasia deportiva (idiosincrasia propia de la modalidad: entrenos intensos y rigurosos; dietas espartanas; apología a la extrema delgadez) y modalidades con grandes volúmenes (atletismo de fondo, triatlón o tenis de elite)

¿Se puede hacer ejercicio físico durante el embarazo?

No se puede, se debe.

Con ello evitamos inconvenientes como el aumento de riesgo de aborto que es mayor en mujeres sedentarias; paliamos un aumento innecesario de peso por los caprichos propios del momento (antojo: feto que segrega hormonas para que mama coma y así asegurarse glucosa); mitigamos la resistencia a la insulina o posible diabetes estacional del embarazo.

¿Cómo debe ser ese ejercicio? Ejercicios con una intensidad moderada, no mayor a 30 minutos; evitar a toda costa hipertermia (se ha demostrado en experimentos con animales que el exceso de temperatura durante la gestación produce malformaciones)

¿Qué deportes y modalidades pueden practicar las embarazadas? Recomendados ejercicios aeróbicos como caminar, montar en cicloergómetro o bici a intensidad moderada (contraindicado spinning), durante un tiempo de entre 10 a 30 minutos en ambientes frescos y ventilados, respetando las pautas normales de hidratación. Asimismo, también se recomienda la natación para embarazadas (existen actividades especializadas) pero con algunas salvedades (piscina con temperatura no superior a 30º grados; evitar estilo espalda a partir del 5º mes [feto puede comprimir vena cava, bloquear retorno venoso con posibilidad de desmayo]; y no tirarse al agua en los dos últimos meses [posibilidad de rotura de membrana amniótica]) Contraindicado actividades de alto impacto e intensidad o aquellas que contradigan comportamientos similares a los descritos en el párrafo anterior.
¿Es cierto que se usó los pseudoembarazos como forma de dopaje? Sí. Las antiguas deportista alemana del bloque comunista durante la guerra fría adoptaban un “modus operandi” consistente en embarazarse, competir y luego abortar. Se creyó en un principio que este protocolo respondía a una mejora del rendimiento vía hormonas pro-embarazo. La razón no era esa. La razón era enmascarar el dopaje de testosterona farmacológica exógena con la producción natural, vía embarazo, de hormonas placentarias (HCG o hormona corionica gonadotrópica) pues estas, y esta en concreto, estimulaban la producción endógena de testosterona que a su vez tapaba la ingesta externa de la misma no dando positivo en controles.