¿Dinero? ¿Orgullo? ¿Locura? Sí, sí, el boxeo, ese fenómeno tan complejo, deporte para unos, barbarie para otros, e incluso, arte para algunos: dos tipos que luchan por un puñado de dólares, dos individuos que se golpean, con violencia, con arte, con vanidad, ante el delirio, incompresible e irracional del vulgo; una eclosión endocrina y energética de fuerza, velocidad, agonismo y resistencia física, con protagonistas como la testosterona, las catecolaminas, y las tiroideas; un canibalismo exacerbado de células cerebrales con arterias bombeando garrafones de sangre en apenas segundos. Empero, ¿qué lo convierte en fascinante para ciertos y abominable para inciertos? Vetado por Estados; vilipendiado por “democrática” prensa e inspiración de artistas, escribas y cineastas; el pugilato, vetusta y olímpica disciplina, deja impasible a pocos. Reitero, ¿qué es lo que lleva a un hombre a golpearse con otro ante miles de personas?
domingo, febrero 27, 2005
sábado, febrero 26, 2005
A vueltas con la música brasileira: “Garota de Ipanema”
miércoles, febrero 16, 2005
¿Dónde se albergará ese ángel?
A poco de cumplir dos décadas, he aquí un pequeño homenaje a Omayra Sanchez, la dulce niña colombiana que, con un arrojo extraordinario, conmovió todos los corazones del orbe, allá por 1985. ¿Os acordáis?
viernes, febrero 11, 2005
miércoles, febrero 09, 2005
Trovador versus la oprobia
"Yo viajo, reconozco que soy un yonqui de los viajes y no podría prescindir de ello. Lo que pasa es que he nacido en el sitio bueno y tengo pasaporte; (…) Todo pasa por tener papeles. No eres nadie si no los tienes, eres una raya en el mar, no tienes derecho a nada. Es triste que la dignidad de los seres humanos se resuma a un simple documento" Manu Chao, cantante.
domingo, febrero 06, 2005
Acerca de la flema inglesa: 7 emesis y un docente o como proyectar en la lengua de Shakespeare
POR TESSIO. Buenas noticias, las que me han llegado del examinador: Lo de Profesor le queda muy grande a dicho individuo; amén de ser el jefe del departamento de filología moderna de la facultad. He aprobado con un siete la: Tediosa, cargante y tórrida asignatura cuatrimestral "Estudios literarios en lengua inglesa". Aún no me lo creo. Cuan errante aventurero -de dicha materia trata la asignatura en cuestión- me adentré en el aula con la intención de rescribir por enésima vez los apuntes de otros tantos que ya habían superado dicho trance, pero que en mi persona no habían surtido efecto. Memorizar, espetar, vomitar y aderezar todo aquello era como una indigestión de marisco- Si la ha sufrido alguna vez sabrá de lo que hablo - Tras recoger la justificación pertinente de asistencia al examen salí para presentársela a la profesora de otra asignatura que coincidía en día y hora. Caí en la cuenta que el sujeto se había equivocado en el horario, por lo que me adentré nuevamente en el aula para que corrigiese aquello. Bueno fue el hacerlo, ya que tras tachar y corregir la nota, se dirigió a mí con su voz de locutor televisivo diciendo: -"Tu examen está muy bien. Tienes un siete. Lo he leído y me parece que está mucho mejor argumentado y redactado que en otras ocasiones." -"Bueno si recuerda no es lo mismo que le había mandado en el correo electrónico, pero es que me resulta harto difícil el memorizar tal cantidad de argumentos" Contesté yo. -"Enhorabuena." -"Gracias" Repliqué. "Al fin parece que nos perderemos de vista. Ya era hora." Proseguí mí salida del aula con el "savoir faire" de haber concluido dicha tarea tan elegantemente: Aprobar el examen y poner en su sitio a Douglas Kennedy. Una menos