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Es execrable.
Eso sí, se debe tratar con idéntico rasero a TODOS: maltratadores, maltratadoras; amén de falsos y falsas denunciantes. Es obligación irrefutable perseguir la vileza, allá donde se encuentre; eso sí, insisto; sin distinción de género (éste caso); credo o etnia. Que nadie se lleve a equívoco: Una mujer me dio la vida y cuatro me criaron, no obstante, se ha mitificado en exceso a la testosterona y con todo, el estradiol, en ocasiones, puede ser tan perverso como retorcido. Y no justifico a nada ni a nadie. Reitero, es un compromiso social hostigar con el peso de la ley a TODOS los que delincan: miembros y miembras.
2 comentarios:
Me sumo a tu llamamiento, amigo Alfredo. No más impunidad y cero tolerancia con las malas bestias, calcen gayumbos o bragas.
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