domingo, octubre 12, 2008

SU

. Municipio tinerfeño de Candelaria. Un señor al que, una execrable Ley de Costas, desarraiga de lo que ha supuesto su hogar en los últimos 12 lustros. Su nido, su cobijo, su recuerdo, su vida, su savia, su esencia, su existencia. 60 años, con el mar como testigo, devastados, una buena mañana, muy bien no se sabe por qué. Vergonzoso. ¿Cuál es la razón por la que determinadas personas se empeña en hacer la vida imposible a los demás? Es lógico que a éste pobre hombre le suceda eso. Muy probablemente le sobrará humildad y honestidad, pero como no podía ser de otra manera, carece de "la más preciada" cualidad si de condición humana hablamos: el (vil) dinero.

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