miércoles, enero 26, 2005

Fama "non óbice" de encomiástica

"Mi trabajo se magnifica por el hecho de que las calles del cielo están demasiado repletas de ángeles, sabemos sus nombres, hay mil por cada lazo rojo que llevamos puesto esta noche. Finalmente descansan en el abrazo cálido del amable creador de todos nosotros, un abrazo sanador que refresca sus fiebres, limpia sus pieles y permite a sus ojos ver la verdad más evidente y clara que fue escrita sobre el papel por hombres sabios, tolerantes, en la ciudad de Philadelphia, hace doscientos años" Tom Hanks, tras recibir el Oscar al mejor actor por su interpretación de un letrado homosexual, enfermo de SIDA, en la película “Philadelphia”

1 comentario:

Male dijo...

El discurso que se marcó Hahks es simplemente mortal. Majestuoso. Cada vez que lo leo me emociono y todo, y eso que soy un total, completo, y convencido ateo. Esa mezcolanza de teología, homosexualidad, tolerancia, democracia y libertad; todo tan preñado y comprimido: ¡Bestial!

En cuanto a la película, amigo Domingo, es sumamente recomendable. ¡No te la pierdas!