domingo, mayo 01, 2005

Sábato y el túnel

textoalternativo

POR ISRAEL DUCHEMENT MACHÍN. Tiempo después (treinta años) de haber escrito “El túnel”, Sábato argumentaba lo siguiente en “El escritor y sus fantasmas” (1979): “Nuestra cultura (la iberoamericana se entiende) proviene de Europa y no podemos evitarlo. Además, ¿Por qué evitarlo? ¿Con qué reemplazar esa preciosa herencia? Lo que hagamos de original se hará o no haremos nada en absoluto”.
Teniendo en cuenta esta cita, aventuro que Sábato en “El túnel” no obvió los parámetros que otros como Joyce o Faulkner había marcado para la novela moderna. Si bien es cierto que no hay arquetipo que nos saque de cualquier disyuntiva a la hora de enunciar modelos de novela urbana, si podemos reconocer que muchos autores como los anteriormente citados han sido observadores de la realidad del individuo dentro de una comunidad específica. En el caso de Faulkner no podemos decir que encuadrase sus relatos e historias en un marco real, pero ese relato imaginario de Jefferson recoge el ambiente folklórico y rural de los Estados sudistas de EEUU. En el caso del túnel se nos citan nombres de calles de Buenos Aires lo cual concede un realismo a la trama aun mayor.
Es muy común en este tipo de historias encontrar individuos que vagan solos por la urbe, mientras buscan un sentido existencial a sus vidas. Ya la vida no se ve como un periodo de momentos fugaces de felicidad sino como una frustración: “Se ha nacido para morir”.
En el caso del protagonista en “El túnel”, Pablo Castell, ha cometido un crimen por no poder reaflorar el sentir de la imagen a través de la ventana de su cuadro. La víctima Marie Iribarne juega en la mente de Pablo el papel de musa de algo que ya está creado. El artista ahora es quien quiere modelar a la persona según la obra de arte. La imagen del cuadro muestra a una chica (María supuestamente) que está doblemente enmarcada por la ventana y el marco del cuadro.
Esa imagen idílica es capaz de transportar a Pablo a su infancia. La mujer que en otro momento fue su madre ahora ha mutado en María. El superyo fluye en el inconsciente. Teniendo en cuenta el fatal desenlace de esta historia de amor, no es menos fácil adivinar que Pablo Castell es un individuo poseído por su propio ID (en palabra de Freud “deseo latente”).
La desilusión le viene causada a Pablo de esa idealización de María como un elemento reemplazante a su madre. La mujer que ahora le cautiva no cuida de él. Esto en la mente de Pablo provoca una serie de paranoias que se mueven por el túnel del inconsciente, de ahí que el título de la obra no sea gratuíto.
El determinismo dentro de la obra se antoja algo difícil de concretar. Si bien en un principio Pablo Castell lo que anhela es un reencuentro con su infancia por medio de la imagen del cuadro; es su fatal desengaño lo que determina el asesinato.
Muchas incógnitas quedan abiertas tras leer la obra, ya que en gran medida lo que se intenta es contestar al cómo y no al por qué. Mientras María se muestra instintiva, Pablo recapacita una y otra vez antes del fatal desenlace, sin embargo en ningún momento se dan muestras de arrepentimiento por parte de Pablo. Conociendo el tamiz donde Sábato bordó “El túnel” podemos asegurar que Pablo Castell a la vez que asesino también es víctima, ya que no se adecua ni al tiempo ni al lugar en el que le ha tocado vivir. Personifica a un tiempo pretérito donde el machismo es la ley.
Su modus operandi es propio de un trastorno obsesivo de la conducta. Siempre desea que su voluntad se cumpla aun cuando ello perjudique a los que le rodean, todo ello dentro de una sociedad que se muestra cada vez más caótica.
Realizando una comparación entre los personajes masculinos dentro de la obra llegamos a la conclusión de que tanto Allende (marido de María) como Pablo son dos marionetas en manos de ésta. Varios son los puntos en común entre ambos. Si Allende es ciego a Pablo, María ha intentado poner una venda en los ojos. Esta novela es innovadora desde el punto en que la mujer es quién controla al resto. Pero a la vez es exageradamente machista, ya que desde un primer momento se nos dice que la mujer está muerta.
Sábato habla sobre la innovación en “El escritor y sus fantasmas”: “No hay que innovar si el fin no está claro”. Este afán de determinismo es asumido por sus personajes. En el caso de Pablo Castell no es otro que reencontrarse con su infancia. Aunque según va evolucionando su relación con María es el ansia de conocer lo que le mortifica.
Ese ansia de conocer más es algo a lo que Sábato por medio de la lectura a Kierkegard ha hecho referencia diciendo “las canciones de la pasión son las únicas dignas de fe”.
Es por ello que los personajes o al menos los masculinos deberían tener mucho de su autor. Otro elemento que Sábato reconoce: “Todos los personajes de una novela representan, de alguna manera a su creador”. Aunque también argumenta: “Las actitudes, sentimientos e ideas que de pronto llegan a ser los contrarios de los que el escritor tiene o siente moralmente: si es un espíritu religioso será, por ejemplo, que alguno de sus personajes es un feroz ateo; si es conocido por su bondad o generosidad, en algún otro personaje advertirá de pronto los actos de maldad más extremos y las mezquindades más grandes. Y cosa todavía más singular: no sólo experimentará sorpresa sino, también una especie de retorcida satisfacción".
Quizás de algún modo Sábato haya querido insuflar a Pablo Castell de esa bit observadora que el literato posee. El cuadro es digno de un voyeurista. Una imagen tras una venta representa el ver sin ser vistos lo que pasa momentáneamente delante de ella. Como el mismo Sábato reconoce “la felicidad nunca es absoluta y se da en momentos fugaces”.

2 comentarios:

Male dijo...

Aquí tienes la crítica, apreciada Matilde, espero que te sea útil, y si no es así, suerte igualmente con tu trabajo final acerca de “El túnel”.

Un cordial saludo.

Male dijo...

Es un amigo personal. Es el mismo que firmó otro post como Tessio. Estos son su nombre y apellido reales. Orígenes franceses por parte de padre, el abuelo más concretamente (Duchement) y origen brutal canario por parte de madre (Machín).

Un cordial saludo Matilde.